Deshollinar una chimenea de leña es una tarea esencial para garantizar su buen funcionamiento y la seguridad de tu hogar. Con el uso frecuente, las chimeneas acumulan hollín, creosota y otros residuos que pueden obstruir el conducto y aumentar el riesgo de incendios. A continuación, te explicamos cómo realizar este proceso paso a paso.
¿Por qué es importante deshollinar una chimenea?
El hollín y la creosota son subproductos de la combustión de la madera. Si se acumulan en exceso:
¿Cada cuánto tiempo hay que deshollinar una chimenea?- Aumentan el riesgo de incendios en el conducto.
- Reducen la eficiencia de la chimenea.
- Pueden liberar gases tóxicos, como el monóxido de carbono, en tu hogar.
Por eso, se recomienda deshollinar la chimenea al menos una vez al año, especialmente antes de la temporada de invierno.
Paso a paso para deshollinar una chimenea de leña
Es bueno el tronco deshollinador
1. Prepara el área
Antes de empezar, asegúrate de proteger el espacio alrededor de la chimenea:
- Coloca plásticos o mantas viejas para cubrir los muebles y el suelo.
- Usa ropa vieja, guantes y una mascarilla para protegerte del polvo y los residuos.
2. Reúne las herramientas necesarias
Para deshollinar una chimenea, necesitarás:
Malos olores por el shunt de ventilación- Cepillo de deshollinador: Elige uno del tamaño adecuado al diámetro del conducto.
- Varillas extensibles: Para alcanzar toda la longitud del conducto.
- Linterna o luz portátil: Para inspeccionar el interior.
- Recogedor y pala: Para limpiar los residuos acumulados en la base.
3. Accede al conducto de la chimenea
Existen dos métodos para deshollinar el conducto:
- Desde arriba: Si puedes acceder al techo con seguridad, introduce el cepillo en el conducto y realiza movimientos hacia arriba y abajo para desprender los residuos.
- Desde abajo: Inserta el cepillo desde la parte inferior del conducto, utilizando las varillas para extenderlo.
Ambos métodos son efectivos, pero es importante usar movimientos firmes y repetir varias veces para limpiar bien las paredes internas.
4. Limpia el hogar y el tiro
Una vez que hayas terminado de limpiar el conducto, revisa el hogar de la chimenea (la parte donde se quema la leña) y el tiro. Usa el cepillo para eliminar cualquier residuo restante y recoge todo con cuidado.
5. Inspecciona el resultado
Utiliza una linterna para verificar que no queden obstrucciones ni acumulaciones de hollín en el conducto. Si notas restos persistentes o creosota endurecida, considera contratar a un profesional.
¿Qué pasa si no deshollinas tu chimenea regularmente?
Si no realizas este mantenimiento:
- El riesgo de incendios aumenta considerablemente.
- El humo puede retroceder hacia el interior de tu hogar.
- La chimenea pierde eficiencia, consumiendo más leña para generar el mismo calor.
¿Cuándo llamar a un profesional?
Aunque deshollinar una chimenea de leña es una tarea que puedes hacer tú mismo, hay situaciones en las que es mejor contar con un especialista:
- Si la chimenea no ha sido limpiada en varios años.
- Si hay residuos de creosota endurecida que no puedes retirar.
- Si notas grietas o daños en el conducto.